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Convertirse en jesuita​

El P. Robert Murphy, SJ, conoce de primera mano lo complejo que puede ser el proceso del discernimiento vocacional, aunque reconoce que es diferente para cada persona. En su nuevo rol como promotor de vocaciones para la Provincia de EE.UU. Centro-meridional (UCS por sus siglas en inglés) trae sus experiencias personales y su contexto, confiado en que cree poder ayudar a otros en su propio camino.

Durante su tiempo en la preparatoria Jesuit High School en Nueva Orleans, Murphy, graduado de 1995, discernió entre una vocación Jesuita y asistir a la universidad. Escogió la segunda opción y se matriculó en la universidad University of South Alabama y obtuvo una licenciatura como Físicoterapeuta. Después de graduarse en 1999 tenía un trabajo, apartamento, cobros que pagar y eventualmente una relación seria con una mujer.

Sin embargo, Murphy lograba hacer tiempo para su vida de fe, guiando retiros y ayudando como guía asistente del grupo de jóvenes en su parroquia. Después de años de discernimiento, entró en el noviciado en el otoño del 2003.

Según Murphy, lo que parecía un caminar largo al noviciado no fue más que simplemente el tiempo de Dios, no el suyo. Es por esto que se siente únicamente cualificado a conectarse con quienes disciernen en su nuevo rol. “Entiendo que el discernimiento puede ser un proceso largo, puede que los muchachos no sepan a lo que Dios los llama de inmediato”, nos dijo.

Después del noviciado, Murphy estudió teología y filosofía en Saint Louis University(SLU), donde también completó su grado como Doctor Fisioterapia, una experiencia más que siente que puede usar para conectarse con quienes disciernen.

“Los muchachos a veces sienten que la vocación es una elección binaria. Para mi lo hubiera sido, me entienden, entre ser Jesuita o Fisicoterapeuta”. Nos dijo. “La verdad es que he usado mi transfondo como Fisicoterapeuta en mi vocación como Jesuita frecuentemente. Así que no tiene que ser una opción entre carrera o vocación Jesuita; ambas pueden coexistir”.

Después de su maestría en divinidad y su licenciatura en Teología Sagrada en Boston College, Murphy se ordenó como sacerdote en el 2014. Pasó su siguiente año en San Antonio, Texas, celebrando los sacramentos en inglés y español en la Parroquia que en aquel tiempo era Jesuita, Nuestra Señora de Guadalupe.

De ahí, regresó a SLU, donde pasó 4 años como ministro de la Pastoral de la Universidad, principalmente en el campus de Ciencias de la Salud.

El otoño pasado, Murphy terminó su trabajo ahí para ir a la Tercera Probación, la última fase de la formación Jesuita, en donde el Jesuita revisa los documentos fundantes de la Compañía de Jesús, hace un retiro de 30 días en silencio y se envuelve en algún trabajo apostólico distinto a lo que ha hecho antes.

Desafortunadamente, su experiencia se acortó debido al COVID-19 -lo que terminó siendo una bendición inesperada. Al regresar a los EE.UU., asignaron a Murphy a Jesuit Hall en San Louis, donde atendió a los residentes en su capacidad de fisicoterapeuta, principalmente a los enfermos y envejecientes Jesuitas. Aquí, Murphy vió como su vocación había dado una vuelta completa.

“Fue muy gratificante poder devolver a mis hermanos Jesuitas de esta forma tan significativa”, nos dijo. “Nuevamente, pude usar mi trasfondo como Fisicoterapeuta, mostrando como una carrera y la vocación Jesuita pueden coexistir.”

Murphy administra fisioterapia a un jesuita en Jesuit Hall.

Después de varios meses en Jesuit Hall, asignaron a Murphy a su puesto actual, como promotor vocacional para la provincia UCS. Siente que es un buen cargo para él por varias razones, la principal de ellas siendo su propio proceso de discernimiento.

“Hay partes de mi experiencia que deben conectar con quienes disciernen”, nos dice. “Si, yo fui educado en una preparatoria Jesuita, pero luego fui a una universidad grande, secular. Pasé un tiempo en el mundo del trabajo. Tuve mis propias deudas que pagar, estuve en una relación romántica seria, tuve un apartamento. Todas estas cosas pueden ayudarme a conectar con muchachos en diferentes partes de su discernimiento.”

Segundo, Murphy es organizado, gracias a su trasfondo como físicoterapeuta.

“En mi trabajo como Fisicoterapeuta, trabajé con pacientes creandoles objetivos de tratamiento a largo y corto plazo”, nos dice.

Murphy disfruta desarrollar planes individualizados con sus pacientes y quisiera hacer lo mismo con quienes disciernen.

“Aunque una experiencia espiritual intensa no puede ser “planificada”, lo que sí se puede hacer es sentarnos y crear objetivos a corto y largo plazo para cada persona en su desarrollo espiritual, de modo que puedan mejorar su relación con Dios, sin importar si Dios los llama a una vocación jesuita o no”, nos dijo.

Murphy cree que será fructífero traer su trasfondo vocacional como Fisicoterapeuta para trabajar junto con el Promotor de Vocaciones, el P. Eddie Gros, SJ, y el Director de Vocaciones, el P. Michael Dooley, SJ, de manera única.

A Murphy le entusiasma devolver de lo mucho que ha recibido de tantos Jesuitas que le ayudaron en su proceso de discernimiento. “Me siento lleno de gratitud por tanta gente que me ha ayudado en mi propio camino de discernimiento, así que me siento bendecido al poder regresar el favor apoyando y acompañando a otros jóvenes en su propio caminar”.

"Estoy agradecido por todas las personas que me ayudaron en mi camino de discernimiento, así que me siento bendecido de poder devolver ese favor al caminar con los jóvenes en su camino".