Los jesuitas pueden elegir ser sacerdotes o hermanos. Ambos grupos de hombres toman los mismos votos y viven y rezan en una comunidad religiosa. Los sacerdotes son ordenados y administran los sacramentos y celebran misa. Aunque los hermanos no sienten el llamado a la vida del sacerdocio, participan plenamente en la obra de la Compañía de Jesús, cuya misión es “el servicio de la fe y la promoción de la justicia”.