William Snyders, SJ

El P. Bill Snyders, SJ, Enriqueciendo Vidas por medio de la Catequesis

Por más de tres décadas, El P. Bill Snyders, SJ, sirvió en una variedad de ministerios en el país Centroamericano de Belice. El verano pasado, se mudó al hogar de envejecientes San Alfonso Rodriguez, en Grand Coteau, Louisiana, donde atiende ministerialmente a Jesuitas enfermos. También trabaja medio tiempo en la parroquia Jesuita St. Charles Borromeo. Aunque una parte de su corazón se ha quedado en Belice.

“No puedo fácilmente desvincularme de mi trabajo y relaciones en Belice”, nos cuenta. “Por ejemplo, trabajé con un hombre en su conversión al catolicismo. Soy parte de su vida; él es parte de la mía. Me siento vinculado, como si por cordeles, si no es que son cuerdas gruesas. No puedes simplemente empacar y decir adiós para siempre”.

Durante sus últimos 12 años en Belice, El P. Snyders trabajó en un centro para la rehabilitación del uso del alcohol y drogas en la Prisión Central de Belice, la única facilidad correccional del país. “Me invitaron para darle un giro espiritual al programa de los 12 pasos” nos dice. “La Prisión Central de Belice es única. Desde la administración hasta los guardias y la estructura, todo el enfoque del lugar es la rehabilitación.”

La prisión la opera la fundación Kolbe, llamada por San Maximiliano Kolbe, el fraile Franciscano matado en Auschwitz durante la Segunda Guerra mundial. Esta fundación con bases religiosas ha transformado la prisión a ser un lugar que prepara a los prisioneros para llegar a tener vidas productivas cuando salgan. Un componente vital: establecer un Centro de Rehabilitación para la Adicción e invitar al P. Snyders para que desarrollara un programa específicamente para la población de la prisión.

“Los programas de 12 pasos ya están basados en espiritualidad”, El P. Snyders nos dice. “Yo le agregué un fundamento bíblico y un énfasis en la redención de Cristo. La atmósfera de la prisión corroboraba lo que yo iba haciendo. Fue el ambiente más lleno de gozo en el que he enseñado en toda mi vida!”.

Estima que trabajó al menos con 1,200 hombres en pequeños grupos durante sus años en la prisión, un porcentaje alto de la población. “Disfruté mucho haberles ayudado a salir del caos de sus vidas”, nos cuenta.

En Grand Coteau, El P. Snyders pasa de 2-3 horas cada día haciendo ministerio pastoral con Jesuitas enfermos cada día. En la parroquia, ayuda en el programa de la Confraternidad de la Doctrina Cristiana (CCD, por sus siglas en inglés), trabajando típicamente con jóvenes que no asisten a escuelas Católicas, aunque también con familiares que vienen a la iglesia. Muchos de estos familiares ya son Católicos pero no han estado activos en su fe. Su objetivo es ayudar a profundizar su entendimiento de la fe, sabiendo que eso expandirá su relación con Dios.

El P. Snyders describe su aproximación a la catequesis como el presentar de diferentes piezas que se pueden unir unas con otras -Iglesia, Liturgia y otros sacramentos. No es tan diferente al enfoque que usaba en la prisión.

“Intento darles una perspectiva más amplia de su fe Cristiana,” El P. Snyders nos dice. “Hay verdadera substancia en nuestras conversaciones. Si la gente no se conecta con cómo los sacramentos impactan sus vidas, entonces es simplemente un evento. Intentamos fomentar una fe más adulta y madura”.

El P. Snyders nos comenta que le gustaría regresar a trabajar en el ministerio carcelario. “Ahí es donde está mi corazón” nos cuenta. Aunque las prisiones en los EE.UU. típicamente no aspiran a la rehabilitación de los prisioneros. Las misas no son comunes en la prisión de al lado, en Lafayette, Louisiana. De modo que ahora está investigando otras oportunidades de servicio, aunque reconoce que debe ser paciente.

“Comienzo a ver con mayor claridad de qué manera puedo servir”, nos dice. “Sólo tengo que encontrar las oportunidades”.