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Convertirse en jesuita​

Preparándose para ser un Ciudadano Global

(2015) Debido a que su padre era un “gitano corporativo”, Brian Strassburger y su familia vivió en varias ciudades en los Estados Unidos antes de sentar raíces en Denver cuando tenía 10 años.

El patrón de su vida temprana, nos cuenta, fue “muy formativo” y lo preparó, sin saberlo, para la vida Jesuita, “Donde nuestro hogar es el camino, nuestra misión es ser enviados, donde se trata de disponibilidad apostólica y movilidad”.

“Puedes aislarte del mundo y decir que el mundo es inestable, porqué moverte para hacer amigos y hacerte independiente”, nos dijo, “o puedes lanzarte, disfrutar donde estés, mientras estés ahí, sumergirte en ese lugar”. Este segundo camino es el que Strassburger escogió. Ahora, de 30 años, Strassburger entró a la Compañía de Jesús en agosto del 2011 y se encuentra en su segundo año de los Primeros Estudios en la universidad Fordhan University en el Bronx de Nueva York. Escogió la vida Jesuita, llena de posibilidades. Él vive en ese segundo camino.

Completó sus requerimientos de filosofía en Fordham en un año, después de haber hecho un grado menor en filosofía durante su carrera. Ahora se encuentra en el primer año de una maestría de dos años en Economía y Desarrollo Político Internacional.

Este programa interdisciplinario prepara a sus estudiantes para carreras en desarrollo internacional, para trabajar en instituciones no gubernamentales e instituciones como el Banco Mundial y las Naciones Unidas. Sus compañeros de clase son antiguos voluntarios del Cuerpo de Paz y de otras ONGs, gente que ha vivido o son de todo el mundo. Esto toca su pasión y lo energiza. Él fue aceptado al programa hace varios años atrás, cuando estaba discerniendo la vocación para su vida, sin embargo, en ese momento lo rechazó. Después de sus estudios de Preparatoria en Regis Jesuit en Denver y de cuatro años de estudios en matemáticas y filosofía en la Universidad Saint Louis University, donde fue Presidente Escolar, fue Voluntario Agustino, recaudando fondos para proyectos de purificación de agua en Nicaragua, ayudando a niños maltratados y a adultos con SIDA en el Sudáfrica, además de trabajar en las oficinas de misión para los Agustinos en Filadelfia.

Él aplicó al programa de Fordham unos años antes, mientras discernía si aplicaba al programa o si continuaba una vida Jesuita. Nunca se hubiera imaginado que sus superiores Jesuitas lo animarían a seguir el mismo grado que pensaba haber dejado atrás para siempre. “Quién podría necesitar mayor evidencia de Dios en su vida que esto?” nos pregunta.

En Fordham, se ha conectado a la pastoral universitaria y ayuda guiando retiros para hombres. También da cuidado pastoral a una facilidad donde se ayuda a los “pobres y olvidados” en Bronx que vienen de toda la Ciudad de Nueva York con mucha diversidad, pobreza, violencia y robo, nos dijo. En medio de todo esto se encuentra Fordham, un bello oasis blindado a la jungla urbana que lo rodea, junto con el jardín botánico de Nueva York y el Zoologico del Bronx.

Strassburger nos dice que es emocionante sentir que está siendo preparado para una sociedad global, sabiendo que los Jesuitas trabajamos localmente y alrededor del mundo. “Ya sea en mi propia provincia en Belice, con el Servicio a Refugiados Jesuita, que incluye Sudáfrica, donde aún tengo conexiones e intereses, hay algo siempre creativo y nuevo”, nos dice. “Eso es lo que me emociona”. “Como alguien que creció en muchos lugares, me siento atraido al hecho de que no conozco a muchos Jesuitas que hayan tenido sólo un trabajo en su vida”, nos dice. “Me gusta el hecho de que puedo involucrarme en una variedad de ministerios distintos”.

Mientras se acerca el final de su programa de maestría en el 2015, él discernirá su próximo paso con la guía de sus superiores. Nos dijo que ha sido muy bonsolador recibir la confirmación de que se encuentra en el lugar en el que Dios lo ha invitado a estar.

Nos dice que seguido la gente le pregunta acerca de los sacrificios que vienen con tomar votos de castidad, pobreza y obediencia. Pero los votos también vienen con gran libertad, “mucha vida y gozo”, nos dijo. “Los votos nos aconsejan, nos guían en nuestro camino de fe y nos acercan a Dios. De eso se trata la vida. No viene sin retos y dificultades, pero hay un sentido de bienestar y consolación en el saber que te encuentras en un camino hacia Dios y que Dios te acompaña.”