Dios bueno y bondadoso,
¡Este es el día, Señor! Alegrémonos y regocijémonos en él.
Hoy es la culminación de años de trabajo, años llenos de desafíos y triunfos, pérdidas y risas, amistades y crecimiento.
Te damos las gracias, Señor, por habernos hecho llegar sanos y salvos a este día.
Te agradecemos el regalo de la familia, los amigos y los profesores que han apoyado a estos hijos tuyos y que celebran con ellos ahora.
Querido Dios, bendice a estos graduados, a cada uno, y llénalos con el Espíritu de tu amor.
Te pedimos que, cuando salgan a prender fuego al mundo, recuerden que tú estás en todas las cosas y en todas las personas.
Que continúen desafiándose intelectualmente y compartiendo el fruto de sus conocimientos.
Que su compromiso con la justicia les lleve a marcar una diferencia positiva en nuestro mundo.
Que construyan comunidad allá donde vayan y sigan siendo para siempre la parte importante de nuestra comunidad que son hoy.
Y que, a través de su continuo crecimiento en sabiduría y gracia, traigan a otros hacia ti al compartir sus talentos con el resto del mundo.
Te pedimos, que eres Padre y Madre a la vez, que protejas y guíes a estos hombres y mujeres para los demás durante toda su vida.
Te lo pedimos en nombre de tu hijo Jesús, que nos une entre nosotros y contigo para siempre.
Amén.
(Oración de Therese Fink Meyerhoff)