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Historias

Por Ignatius Plato

El diácono Aric Serrano, SJ

Hay momentos en los que Dios nos llama a ofrecer el simple don de nuestra presencia, a estar ahí para las personas que se enfrentan a dificultades. El diácono Aric Serrano, SJ, ha sentido esta llamada a estar presente para los demás a lo largo de su formación jesuita, y sigue viviendo esa llamada mientras se prepara para la vida sacerdotal.

«Mi primera experiencia real con los jesuitas fue ir a un evento de ‘Vengan y vean’ en el noviciado de San Alberto Hurtado en St. Paul, Minnesota», dice Serrano. «Mi tía, una hermana carmelita, tenía un director espiritual jesuita que me invitó allí para conocer a los jesuitas en persona. Y me quedé asombrado. Eran gente de mi edad, que actuaban como gente de mi edad, pero que seguían viviendo como jesuitas estando ahí para gente como yo».

Al principio de su discernimiento, Serrano experimentó la disposición de los jesuitas a ser hombres para los demás. Este sentido de comunidad sería uno de los principales factores que impulsaron la decisión de Serrano de entrar en la Compañía de Jesús.

Después de su noviciado, Serrano comenzó a comprender el poder de la presencia durante su magisterio en Regis Jesuit High School en Aurora, Colorado. Aunque sus principales responsabilidades eran participar en los programas de música y teología de la escuela, el ministerio de la presencia de Serrano se extendía mucho más allá de las aulas.

«También participaba en los retiros y en la pastoral universitaria de Regis Jesuit», dice Serrano. «Los retiros son muy diferentes de las clases; los estudiantes me hablaban de las cosas que les pasaban en la vida y de los problemas que tenían. En esos momentos especialmente, me di cuenta de que Dios necesitaba que yo estuviera presente para ellos».

Serrano reflexiona sobre estas experiencias como una iniciación en un ministerio de la presencia, para el que Dios le ha formado a través de la formación espiritual y la conexión personal.

Hoy, Serrano está presente para el pueblo de Dios como diácono transitorio. Actualmente sirve en la parroquia de Nuestra Señora de Lourdes en Oakland, California. En medio de sus preparativos para el sacerdocio -bendiciones, bautismos, etc. – Serrano considera que estar cerca de los feligreses es una de las partes más gratificantes de su ministerio.

«La gente viene a pedirme bendiciones, lo que me hace sentir humilde porque yo también soy un pecador», expresa Serrano. «Sin embargo, Dios sigue necesitando que esté presente para estas personas pase lo que pase».

Serrano aprendió rápidamente que necesitaría estar presente para su parroquia en más de un sentido.

«Nuestra diócesis ha anunciado que hará muchas fusiones y cierres este verano», señaló. «Así que, la moral de nuestros feligreses ha estado comprensiblemente baja. Ninguno de nosotros sabe cuál será la situación de Nuestra Señora de Lourdes en los próximos meses».

Aric Serrano, SJ, con un feligrés de la Parroquia Our Lady of Lourdes.

Serrano reconoce que su papel va más allá del de diácono, actuando como portador de esperanza para la parroquia a través de su presencia y sus acciones. «En mi caso, la necesidad es grande de alguien que simplemente esté con estas personas y las tranquilice», dice Serrano. «He sido sincero con ellos: las cosas serán diferentes, pero la parroquia estará cuidada. Así que centrémonos en lo que tenemos ahora».

Aunque tranquilizar por completo a los feligreses puede resultar imposible, Serrano se da cuenta de que su presencia y su apoyo son reflejados por los feligreses. A pesar de la incertidumbre que se cierne sobre el futuro de la parroquia, sus miembros han inspirado a Serrano a través de su propia presencia en el trabajo de la parroquia.

«La pasión de los feligreses ha sido asombrosa, a pesar de que están un poco preocupados por la dirección que tomará la parroquia», dijo. «Buscan formas de ofrecerse como voluntarios durante toda la semana, no sólo los domingos. Y esto ha formado un sentimiento comunitario en la parroquia donde la gente puede conocerse y estar presente para los demás».

Este tipo de presencia recíproca manifiesta una de las lecciones más importantes de la formación de Serrano: para ser hombres para los demás, primero debemos estar presentes para los demás. «La presencia significa mucho para la gente», subraya. «Cuando estás ahí con ellos, puedes escuchar, puedes ayudarles a reflexionar sobre la obra de Dios en su vida, puedes realmente mantener una conversación espiritual con ellos. Como mínimo, todo se reduce a esto: simplemente preséntate. La gente te lo agradecerá más de lo que imaginas».

Aric Serrano, SJ, será ordenado sacerdote el 10 de junio de 2023, en la Parroquia del Santo Nombre de Jesús en Nueva Orleans. Por favor, ténganlo a él y a su ministerio en sus oraciones.

¿Crees que puedes ser llamado a la vida como jesuita? Visita www.BeAJesuit.org.