Padres Billy Huete, SJ y Doug Hypolite, SJ
Por P. Jeff Johnson, SJ
Cuando Billy Huete, SJ, estaba en su primer año de regencia (ministerio apostólico) en el Strake Jesuit College Preparatory en Houston, Doug Hypolite, SJ, quien estaba en su tercer año de regencia, trabajaba como decano de disciplina. Ambos se habían conocido en el noviciado, pero no eran amigos íntimos. Su profunda relación con el Señor comenzó con la chispa de una pequeña llama. Durante una clase, uno de los estudiantes de Billy encendió un fósforo y, para citar una reciente Congregación General, fue la chispa que desencadenó más incendios. Billy llamó a Doug a su clase para que lo ayudara a disciplinar al joven y restaurar el orden en la clase. Probablemente no era lo que los padres de la Congregación General 35 tenían en mente, pero, sin embargo, esta pequeña chispa representa el comienzo de sus vidas de comunidad y trabajo juntos como amigos íntimos al servicio de la misma misión. Hace poco hablé con Billy y Doug para saber lo que pensaban de los cincuenta años de vida consagrada.
La vida de un jesuita – su oración, su formación y su cercanía con el Señor no se pueden separar de la misión del jesuita ya que es su trabajo en nuestros varios ministerios. Ambos hablan con afecto de sus primeros años como jesuitas viviendo y trabajando juntos en el Strake Jesuit College Preparatory. Más tarde, cuando Billy se convirtió en director de los novicios, nos dijo a los novicios que nunca entenderíamos completamente el voto de castidad hasta que hayamos trabajado en un apostolado jesuita. Nos dijo que, al realizar nuestra misión, entenderíamos mejor la dinámica de vida entre jesuita y apostolado.
Billy no puede pensar en su vida jesuita separado de los lugares en donde estuvo. Según Billy, «lo que te hace querer quedarte es tu vida y trabajo en este lugar en Houston o en este lugar en Grand Coteau… porque de ahí viene la plenitud».
Cuando le preguntaron sobre el secreto de los cincuenta años de vida consagrada, Billy respondió rápidamente: «No irse». Todos nos reímos al darnos cuenta de que sí, el no irse hace que los años se acumulen. Sin embargo, hay una cierta profundidad en la rapidez de su respuesta que se confirma en la vida de ambos hombres. El secreto para no irse es la lealtad – la lealtad a la oración y a la Eucaristía.
He vivido en comunidad con Doug Hypolite – en Tampa y Houston – más tiempo que con cualquier otro jesuita. A menudo lo he escuchado hablar – en homilías, compartiendo la fe y durante la cena – sobre la importancia de la oración diaria y constante. Los resultados hablan por sí mismos. Ambos han servido a la Compañía con lealtad y con una flexibilidad que demuestra su confianza en Dios más que en ellos mismos. Como dice Billy: «Dios ha sido lo suficientemente bueno conmigo para que siga rezando y me mantenga vivo como jesuita».
Billy ha ocupado varios puestos: profesor, director, director de novicios, superior y ahora socio del provincial (asistente ejecutivo). Doug trabajó principalmente en educación secundaria como profesor, decano, director y superior. Doug ha regresado a la preparatoria Jesuita Strake y enseña español en medio de lo que ha de ser el momento más desafiante en educación debido a la COVIDE-19. Desde marzo, Doug y todos nuestros profesores comenzaron a usar herramientas que hace un año eran poco comunes. Se ha convertido en un maestro de Zoom y ha enfrentado todas las vicisitudes con gran espíritu y gracia.
Algunos profesores encuentran agotadoras estas transiciones y cambios, que de hecho lo son, pero Doug nunca se ha olvidado del deber principal de un profesor en una escuela jesuita. Consciente de que la misión es formar a los jóvenes estudiantes a semejanza de Cristo, continúa compartiendo su propia relación con Cristo a través de la enseñanza, aunque sea de manera virtual. Tal como Doug recientemente lo expresó, «la única imagen a proyectar es la imagen de Cristo». De eso, en resumen, se trata la educación jesuita.
En el año 2020, vale la pena señalar que Doug es uno de los pocos jesuitas afroamericanos en nuestro país. «A veces puede ser difícil», dice Doug. «Depende de la fortaleza de cada persona».
Mientras Doug estudiaba en Roma, el Padre General Pedro Arrupe le dijo: «Quiero decirte que te necesitamos. Continúa. No te rindas, reza. Dios mejorará las cosas, pero no solo para ti, sino también para la Compañía».
Las palabras de aliento del P. Arrupe deben haber sido útiles, pero Doug tuvo que luchar contra los estereotipos. Al ser afroamericano Doug tuvo que trabajar el doble dondequiera que fuera, especialmente cuando empezaba una nueva misión. Él dijo, «dondequiera que vaya, tengo que demostrar mi capacidad. Si enseño en una escuela, tengo que ser el mejor porque todos me observan y se preguntan lo que puedo hacer. Se cuestionan si estoy lo suficientemente preparado para enseñar una clase». Esto lo dice un hombre que, según mis cálculos, domina cinco idiomas.
En ningún otro lugar la relación de un jesuita con Cristo es más efectiva que en el noviciado donde Billy trabajó como director de novicios por muchos años. Junto con toda una generación de jesuitas en nuestra provincia, soy el beneficiario de la relación educativa de Billy con Cristo. Según Billy, ser director de novicios era «mi trabajo favorito en la Compañía». Se notaba. La alegría y la risa de Billy eran contagiosas. Sin duda, pusimos a prueba su sentido del humor, ¡especialmente durante la realización de la obra de teatro anual llevada a cabo para las reuniones de capacitación! Nos mostró que servir a Cristo era una alegría para él.
Doug es conocido por su trabajo en Strake Jesuit y en Jesuit High School (Tampa), pero una parte importante de su ministerio se realizó en Francia. En los últimos años, ha viajado cada verano para ayudar en un convento en Nancy, Francia. El trabajo con las monjas y el ministerio en un hospital local han sido gratificantes, y he escuchado que la comida tampoco era mala – “C’est le petit Jésus en culotte de velours.” (Traducción de este refrán francés: «Es como un pequeño Jesús en calzoncillos de terciopelo»).
Billy y Doug son una bendición para nuestra Compañía y la gente a la que han servido. Son ejemplos de alegría y felicidad en sus vocaciones. Por esto, le agradecemos a Dios.
Ad multos annos!
El P. Jeffrey Johnson, SJ es el presidente del of Strake Jesuit College Preparatory School de Houston.
