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Historias

Por Jerry Duggan

Como curador de la Colección de Meteoritos del Vaticano y astrónomo del Observatorio Vaticano en Roma, el Hno. Bob Macke, SJ, muestra cómo la ciencia puede utilizarse para adorar y venerar a Dios.

Hno. Bob Macke, SJ
Hno. Bob Macke, SJ

Él nos advierte que su título puede ser un poco engañoso.

«No paso mucho tiempo mirando a través de un telescopio, que es lo que la mayoría de la gente asume cuando escucha la palabra ‘astrónomo'», explica el H. Macke. «Soy un científico investigador, lo que significa que gran parte de mi trabajo consiste en analizar meteoritos en el laboratorio».

Su trabajo también tiene un componente más público.

«Uno de los principales objetivos del Observatorio Vaticano es mostrar cómo la fe y la ciencia pueden trabajar juntas, y me siento muy orgulloso de ser una voz bastante pública en el avance de esa noción», sostiene.

El Hermano Macke habla regularmente con visitantes y grupos de escolares, además de hacer presentaciones en otras instituciones y tener una presencia en YouTube.

Llegó a esta misión «siguiendo [su] pasión y escuchando la llamada de Dios».

Después de obtener una maestría en Física, el Hno. Macke comenzó su trabajo de postgrado en la Universidad de Washington en St. Louis, cuando finalmente comenzó a prestar atención a una llamada persistente a seguir una vocación religiosa.

«Siempre había sentido un cierto nivel de llamados a la vocación religiosa, pero había estado demasiado envuelto en mi educación y no le había prestado atención», dice. «Llegó un punto en el que no pude seguir ignorándolo».

Durante su proceso de formación, fue invitado a visitar el Observatorio Vaticano por el Hno. Guy Consolmagno, SJ, de la Provincia Este de EE.UU., que, en aquel momento, era su curador de meteoritos y hoy es su director. Años después, el Hno. Macke trabaja junto a él.

Además de investigar la extensa colección de meteoritos del Vaticano, el Hno. Macke mide las propiedades físicas de los especímenes enviados por investigadores externos.

El hermano Bob Macke, SJ, adora a Dios a través de la ciencia.

También colabora con religiosos y laicos en proyectos, artículos y resúmenes de conferencias.

El Hermano Macke sigue centrado en el verdadero objetivo de su trabajo.

«Cuando estoy en el laboratorio, me centro en la ciencia, pero todo lo que hago está en un contexto de fe», explica. «Para mí, la mejor manera de mostrar que la Iglesia apoya la ciencia es producir y promover hallazgos científicos buenos y bien investigados».

Aunque el Observatorio Vaticano es una obra de la Iglesia católica, está dirigido por jesuitas desde 1907. El Hermano Macke se siente honrado de seguir los pasos de los jesuitas que le han precedido.

«Poder estar en Roma, representando a la Compañía de Jesús en una institución tan estimada ha sido un sueño para mí», confiesa.

La ubicación del observatorio presenta muchas oportunidades.

«Pronuncié mis votos perpetuos a principios de este año y tuve el privilegio de que el Superior General (P. Arturo Sosa, SJ) ofreciera la misa», recuerda. «Además, estar tan cerca del Santo Padre, que, por supuesto, resulta ser el primer papa jesuita, y estar rodeado de tantos religiosos dedicados de todo el mundo, ha sido también una tremenda bendición».

El verdadero motivo por la que está en Roma nunca está lejos de sus pensamientos.

«La razón por la que nosotros, como iglesia y compañía, hacemos este trabajo, es para mostrar alabanza y adoración hacia Dios», sostiene. «La ciencia en sí misma, conducida con la mentalidad correcta, es una forma de culto».