Estudios Especiales Jesuitas: trazando caminos para un ministerio erudito

marzo 7, 2025

Por Rachel Amiri

Desde el principio, el modo de proceder de los jesuitas se ha caracterizado por un llamado al ministerio especializado. San Ignacio de Loyola comprendió que, para “ayudar a las almas”, los jesuitas enviados a las fronteras del mundo debían ser humildes pero conocedores. Los jesuitas de hoy trazan caminos en un mundo diferente, encontrando personas y culturas a través de diversas disciplinas académicas y trabajo profesional.

P. Michael Rozier, SJ

El padre Michael Rozier, SJ, es el asistente provincial para los estudios especiales designado por el padre provincial Tom Greene, SJ. Dice que el compromiso con el ministerio erudito sigue atrayendo a los jesuitas a las fronteras, donde sirven a la Iglesia y al mundo de hoy.

“La tecnología, la política, la economía y las ciencias de la salud dan forma a nuestro mundo. Queremos estar en estos lugares que afectan la vida de las personas”, dice.

Todos los jesuitas están preparados para acompañar a las personas de hoy a través de una formación intelectual famosamente larga y rigurosa que incluye títulos en teología y filosofía. Sin embargo, algunos jesuitas tienen aptitud e interés por un aprendizaje más especializado. Actualmente, de los 80 jesuitas en formación en la Jesuitas Provincia USA Central y Meridional, doce están destinados a los estudios especiales. Estos hombres servirán como profesores o administradores en universidades jesuitas o ingresarán en otras profesiones.

Como profesor asociado y director del departamento de Gestión y Política de Salud en la Universidad de San Luis, el padre Rozier recurre a su propia experiencia para ayudar a los hermanos jesuitas a encontrar programas adecuados, completar con éxito la carrera, preparar el currículum vitae y las cartas de solicitud, comprender el proceso de entrevista, evaluar las ofertas de trabajo y buscar la titularidad.

“La creación de mi puesto por parte del padre Greene es una elección consciente para garantizar que nuestros hombres estén preparados para el éxito”, dice.

Esto es parte de un esfuerzo concertado en todas las provincias de Canadá y los Estados Unidos para garantizar la presencia continua de los jesuitas en las instituciones educativas jesuitas y más allá. A menudo, esto significa que los jesuitas serán enviados fuera de sus propias provincias, a áreas donde pueden hacer el mayor bien. El padre Rozier también apoya a los jesuitas en la armonización de las partes académicas y jesuitas de sus vocaciones.

“La esencia de este trabajo de asistente provincial es ayudar a los hombres a prosperar en la vida de estudios”, dice. “Queremos estudiantes alegres. Queremos jesuitas alegres”.

Siga leyendo para conocer a los jesuitas que actualmente están o han completado recientemente estudios especiales.


 

P. Jason Brauninger, SJ

Padre Jason Brauninger, SJ

Enfermero de familia y de emergencias certificado, profesor asistente clínico en la Escuela de Enfermería Marcella Niehoff de la Universidad Loyola de Chicago

El padre Jason Brauninger, SJ, completó recientemente un doctorado en Enfermería de Práctica Avanzada y se desempeña como profesor asistente clínico en la Escuela de Enfermería Marcella Niehoff de la Universidad Loyola de Chicago.

“Me encanta estar aquí. Me encanta trabajar como enfermero practicante en la sala de emergencias y me encanta enseñar”, dice. En su función en Loyola Chicago, el padre Brauninger ahora dirige el único programa de enfermería practicante de emergencias en una universidad jesuita en los Estados Unidos.

El padre Brauninger, que fue técnico en emergencias médicas y bombero antes de convertirse en jesuita, se inclinó por los estudios especiales durante su experiencia de noviciado de los Ejercicios Espirituales.

“En la oración sentí que Jesús me estaba llamando a ser enfermero”, confiesa.

Su camino hacia la enfermería incluyó múltiples títulos avanzados y servicio en instituciones jesuitas y seculares, donde el padre Brauninger adquirió experiencia en departamentos de emergencia del centro de la ciudad.

Siempre supo que la medicina de emergencia era el lugar al que pertenecía, tanto por la naturaleza orientada a las tareas del trabajo como por su llamado como jesuita.

“Los jesuitas me han enseñado a tener más compasión por las personas marginadas y pobres. Una vez que realmente experimentas el trabajo con los pobres, te saca de ese mundo abstracto de la filosofía y la teología, y te fundamenta en lo que la gente está afrontando”, explica.

El Padre Jason Brauninger, SJ, acompaña a los estudiantes de la Universidad Loyola de Chicago en peregrinaciones de aprendizaje-servicio a Lourdes, Francia.

El padre Brauninger considera la enfermería como otra forma de vivir su ministerio jesuita. Sirve pastoralmente en parroquias locales, celebrando misa, escuchando confesiones y ungiendo a los enfermos. También dirige un programa de inmersión en el servicio para estudiantes de enfermería de Loyola en Lourdes.

En el hospital, descubre que sus vocaciones pueden superponerse. Sus colegas a menudo le piden que esté presente con los pacientes moribundos o que los escuche mientras atraviesan días difíciles.

“Esa es realmente la forma en que vivo mi vocación, incluso mientras llevo a cabo el ministerio sanador de Cristo, soy más un ministro para mis colegas”, indica.

“Me gusta la atención integral de ser enfermero, de mostrarles a mis pacientes que ‘no eres solo un problema médico’. Siempre estoy cuidando a la gente”, dice.

P. Louis Hotop, SJ

Padre Louie Hotop, SJ

Magister en Trabajo Social en la Universidad de Columbia

El deseo del padre jesuita Louis Hotop de acompañar a los pobres y marginados de manera práctica ha crecido a través de experiencias de servicio a migrantes y personas sin hogar durante su formación.

“Realmente sentí que, si quería seguir dedicándome a poblaciones a las que no todos se acercan, necesitaba encontrar una manera profesional de hacerlo”, explica.

El padre Hotop cursa el primer año de un programa de maestría de dos años en Trabajo Social y planea obtener experiencia clínica adicional en un entorno institucional. Su práctica actual implica acompañar a las personas sin hogar en Times Square.

Durante sus estudios de teología en la Escuela de Teología Jesuita de la Universidad de Santa Clara, el padre Hotop trabajó con personas sin hogar en San Francisco a través del Proyecto Gubbio, que da la bienvenida a las personas en las calles para que descansen durante el día en los bancos de una iglesia franciscana.

“Estar en ese entorno puso algo en mi corazón para seguir dedicándome a las personas sin hogar, en particular a aquellas con enfermedades mentales o abuso de drogas”, dice.

Su misión en la frontera entre Estados Unidos y México, donde ayudó a establecer Del Camino: Ministerios Jesuitas de la Frontera, le enseñó una disposición de apertura a las necesidades de los pobres y a “indagar más profundamente” en los problemas subyacentes a esas necesidades.

El P. Louis Hotop, SJ, bendice a un niño durante el tiempo que trabaja con Del Camino Jesuit Border Ministries.

“Creo que Dios puede hacer cosas hermosas cuando estamos abiertos, no llegando con planes de iniciar una escuela o un refugio, sino encontrando una manera orgánica de ejercer el ministerio en las personas de una manera que realmente desean y necesitan”, explica.

Él imagina combinar la formación como trabajador social con su vocación jesuita a través del futuro ministerio con las personas sin hogar, queriendo servir en áreas de gran necesidad.

“Ser jesuita significa estar dispuesto a salir de los límites de la iglesia, a espacios donde podríamos sentirnos incómodos”, sostiene.

P. David Paternostro, SJ

Padre David Paternostro, SJ

Estudios de doctorado en filosofía en la Universidad de San Luis

El Padre David Paternostro, SJ, ha terminado recientemente la defensa de su disertación en estudios de filosofía en la Universidad de Saint Louis. Aporta alto interés pastoral a su investigación académica y a su trabajo con estudiantes universitarios.

La inclinación del Padre Paternostro por la metafísica tomista, tema de su tesis, surge de su disposición por las historias que la gente le cuenta sobre sus vidas, y por el significado de la presencia de Dios, que es Amor y Verdad, en la existencia de la gente.

“Observo las vidas de personas que no creen en Dios, personas que son muy seculares, así que también ayudo a la Iglesia a pensar en cuestiones esenciales de la evangelización”, expresa.

Las cuestiones académicas y pastorales se han cruzado en su ministerio. Durante su tiempo en la Universidad de San Luis, el Padre Paternostro ha apoyado la formación intelectual y espiritual de estudiantes universitarios en el programa cocurricular de Estudios Católicos como capellán y director interino.

Afirma que guiar a los estudiantes universitarios durante el período crucial de la adultez joven es parte integral de su vocación académica como jesuita.

“Creo que es un lugar donde los jesuitas estamos en nuestro mejor momento, cuando podemos hablar con personas con preguntas intelectuales y preguntas de discernimiento”, explica. Para él apoyar la formación personal de los estudiantes es “una manera muy ignaciana de proceder”.

El Padre David Paternostro, SJ, capellán del programa de Estudios Católicos de la Universidad de Saint Louis, eleva la custodia en la adoración en el campus de SLU.

Espera sustentar su tesis en 2025 y unirse al cuerpo docente de una universidad jesuita en otoño.

“En algunos de los lugares en los que estoy buscando actualmente no hay jesuitas en sus departamentos de filosofía. La oportunidad de ser esa voz jesuita es uno de los bienes que espero”, confiesa.

Su tiempo en estudios especiales ha implicado un diálogo intenso y profundo con el provincial, quien será el responsable final de su colocación.

“Ignacio siempre quiere que miremos el bien más universal que puede provenir de la vida y el ministerio de un jesuita”, dice el padre Paternostro. “Estoy completamente agradecido y me siento completamente honrado de ser una de las personas que ha sido llamada por Dios para ayudar a la Iglesia de esta manera”, dice.

P. Stephen Pitts, SJ

Padre Stephen Pitts, SJ

Doctorando en Economía Aplicada en la Universidad de Minnesota

El padre Stephen Pitts, SJ, integra la formación jesuita con su trabajo académico sobre las causas profundas de la migración. Su camino hacia un doctorado, que completará en el 2025, comenzó durante su experimento de noviciado en Tijuana en 2008.

“Empiezas a escuchar muchas similitudes en sus historias sobre por qué migran. Es la violencia o ‘no puedo ganarme la vida’. Eso se me quedó grabado”, dice el padre Pitts. Quería entender las estructuras que obligan a los migrantes a buscar una vida mejor.

Durante los estudios de teología en la Escuela Jesuita de Teología de la Universidad de Santa Clara, estaba orando sobre cómo podría usar su formación académica cuantitativa al servicio de la justicia. Un amigo le sugirió economía y realizó una Maestría en Desarrollo Internacional y Economía en la Universidad de San Francisco junto con sus estudios teológicos.

La investigación y el ministerio sacerdotal han estado estrechamente conectados para el padre. Pitts, que aportó una sensibilidad pastoral a su trabajo de campo en México, colaboró ​​con la cooperativa de café Capeltic, patrocinada por los jesuitas, que proporciona recursos a los productores de café mexicanos para tostar y envasar sus propios granos y mantener las ganancias de su trabajo más cerca de casa.

El padre Stephen Pitts, SJ, predica una homilía en una iglesia de Chiapas, México, donde realizó su trabajo de campo sobre el impacto económico de la cooperativa Café Capeltic.

“Dos semanas después de ser ordenado sacerdote, estaba en Chiapas”, dice. “Estaba haciendo todo lo que hace un sacerdote y estaba llevando a cabo un estudio de investigación de campo. Entrevistamos a 626 personas durante nueve meses para entender qué diferencia está haciendo la cooperativa de café en sus vidas”.

El padre Pitts continúa conectando a personas e instituciones con Capeltic a través de la Red de Solidaridad Ignaciana para ayudar a los posibles migrantes a ganarse la vida en su país de origen.

“Ante todo, tenemos una relación con la gente y reconocemos su dignidad humana; en cada etapa estamos trabajando con la comunidad”, finaliza.

P. Quang Tran, SJ

Padre Quang Tran, SJ

Becario postdoctoral en Neuropsicología Pediátrica en el área de Boston

“La Iglesia siempre pide a los jesuitas que estén en primera línea, para ayudar a la Iglesia a comprender mejor la condición humana”, dice el padre Quang Tran, SJ, al explicar su vocación como jesuita y su formación en psicología de asesoramiento y neuropsicología pediátrica. Su búsqueda constante de herramientas para ayudar a comprender la condición humana ha llevado al padre Tran a un campo en el que puede combinar lo mejor de su formación pastoral y clínica al servicio de los demás.

Los días del padre Tran transcurren en evaluaciones para discapacidades de aprendizaje, autismo, desafíos socioemocionales y otras afecciones, así como en la redacción de informes para familias y otros proveedores que los atienden en diversas capacidades. “No son solo procesos psicológicos lo que veo”, dice. “Veo un alma. Veo sacralidad en esta persona, alguien que fue destinado por Dios y es amado por Dios”.

El padre Tran dice que su llamado a ser psicólogo complementa su vocación como sacerdote jesuita. Cada uno informa al otro, lo que le permite integrar el cuidado espiritual con la percepción psicológica para servir a los demás de manera más integral. “Dondequiera que voy, hay una necesidad de colaborar y dialogar en diferentes campos”, explica. “Espero contribuir a las conversaciones con mi experiencia, pero al mismo tiempo, las perspectivas y la experiencia psicológica de mis colegas también me han permitido ser más reflexivo en lo que digo y hago”, agrega el padre Tran.

Es consciente de la gran responsabilidad que tiene para hacer un diagnóstico y recomendaciones precisas para sus pacientes.

“La gente siempre está buscando respuestas, preguntándose sobre el misterio de este niño. Estoy haciendo recomendaciones que probablemente cambiarán la dirección de sus vidas”, dice.

Si bien trabaja en entornos seculares y, a veces, con procesos de evaluación altamente técnicos, sigue arraigado en la cura personalis jesuita, “el cuidado de la persona en su totalidad”.

“Cuando doy retroalimentación a las familias, pongo mi evaluación en contexto, siempre buscando un camino que les dé esperanza”.

“Donde hay esperanza, sanación, luz y amor, también está Cristo”, puntualiza el padre Tran.

[Imagen superior: El P. Quang Tran, SJ, con su compañero de graduación, el P. Juan Carlos Rivera Castro, SJ, en la ceremonia de graduación del Boston College en 2023, cuando recibió su doctorado].

¿Te llama Dios a trazar tu propio camino hacia el ministerio erudito como jesuita? Visita beajesuit.org para explorar las muchas maneras en que los jesuitas responden a la llamada de Dios.

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