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Historias

Por el Padre Rafael García, SJ

María Fernández es una cara familiar en la Parroquia del Sagrado Corazón en El Paso. Siempre está dispuesta a ayudar en los proyectos de la parroquia y es un ejemplo del compromiso del Sagrado Corazón con el servicio en las comunidades de El Paso.

Nacida en El Paso y criada en un pequeño apartamento frente a la iglesia del Sagrado Corazón, María ha formado parte del Sagrado Corazón durante toda su vida. De niña, María recibió todos sus sacramentos de iniciación en el Sagrado Corazón y asistió a la escuela del Sagrado Corazón. Su compromiso de toda la vida con la parroquia se consolidó a través de su familia, que asistía diariamente a la misa de las 5:00 a.m. en el Sagrado Corazón.

«El Sagrado Corazón es mi segunda casa», dice María. «Mientras crecía, el padre [Robert] Gafford, [SJ], era como un padre para mí. Durante años, el Sagrado Corazón ha sido el lugar donde he buscado la serenidad para afrontar muchos problemas. Podía entrar y hablar con Jesús, el Sagrado Corazón».

Mary Fernandez cleans
María Fernandez limpia los platos para la comunión al Sagrado Corazón.

Crecer en la pobreza en el proyecto Segundo Barrio motivó a María a ayudar a la comunidad, lo que la llevó a trabajar en el Proyecto Bravo, una agencia de servicios comunitarios fundada para ayudar a las comunidades empobrecidas. El Proyecto Bravo recurrió a la comunidad para identificar los problemas y ofrecer soluciones. Esto condujo a la realización de mejoras en la zona, como el alumbrado público, así como a trabajos de limpieza de calles para los residentes de la zona. En 1977, con el permiso del obispo, la primera oficina del Proyecto Bravo se instaló en el Sagrado Corazón, en el antiguo edificio de la escuela. Mary se convirtió en la organizadora de la comunidad del barrio y, con el tiempo, también de otras zonas.

En la parroquia, María fue presidenta de la Sociedad de San Vicente de Paúl y formó un coro de niños y un grupo de chicas, «las Inecitas». El grupo, que lleva el nombre de Santa Inés, está dirigido por el acompañamiento al piano de María y se inspira en la inquebrantable espiritualidad de Santa Inés, expresada a través de la música.

A finales de los años 80, un grupo de policías y sus esposas acudieron a la parroquia con el deseo de ofrecer una comida de Acción de Gracias a la comunidad. El párroco encargó a María este proyecto, que ella asumió de buen grado con su habitual espíritu de ayuda. Esta voluntad de ayudar en un proyecto repentino marcó el inicio de una tradición que continuó hasta la pandemia de COVID en 2020.

Más recientemente, María ha sido responsable de la coordinación de los ministerios litúrgicos en la parroquia, ahora con un co-coordinador. También ha participado en numerosos cursos de formación de laicos en el Instituto Tepeyac de la Diócesis de El Paso. Sus experiencias en el Instituto le han dado a María nuevas ideas sobre cómo prestarse al llamado de servicio de Dios, tanto dentro de los ministerios del Sagrado Corazón como en la comunidad.

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