El traslado de Jesuit Hall a St. Ignatius Hall
Por Fr. Michael Harter, SJ
En enero de 2023, 65 jesuitas se trasladaron de Jesuit Hall, cerca del campus de la Universidad de San Luis, al nuevo St. Ignatius Hall en Garden Villas North, en el condado de San Luis. El Padre Michael Harter, SJ, comparte esta reflexión sobre lo que la mudanza significa para los hombres.
Los mejores viajes no son viajes a lugares exóticos, sino movimientos interiores que pueden profundizar nuestra respuesta a una tarea y ayudarnos a vivir más plenamente en el momento presente. Yo llamo a ese movimiento «Viaje al Sí».
Cuando un jesuita pronuncia sus votos tras completar el noviciado (la primera etapa de su formación inicial), hace voto de obediencia para aceptar cualquier misión que su provincial determine para él. A menudo se le asigna un colegio, una parroquia o una casa de retiros. A lo largo de los años, esas misiones nos han llevado a algunos de nosotros por todo el mundo para servir y colaborar con las personas a las que hemos sido enviados.
Pero llega un momento en que se nos puede pedir que demos un paso atrás, que avancemos a un ritmo más lento, que dejemos que otros nos ayuden en los retos de la vida diaria. Decir «sí» a esa realidad puede ser la tarea más difícil que hayamos recibido nunca. En esos momentos, debemos ser honestos con nosotros mismos y admitir que aún tenemos cosas que aprender y actitudes que ajustar a medida que envejecemos. Ese «sí» puede ser transformador.
Muchos de nosotros nos enfrentamos ahora a un momento así al mudarnos al nuevo St. Ignatius Hall – una comunidad residencial para mayores que ha sido remodelada con una capilla, biblioteca, comedor y otros espacios que apoyarán nuestra convivencia como comunidad jesuita. Cada uno tendrá un dormitorio, sala de estar y baño personal. Además, cada habitación tendrá un balcón o patio donde el residente podrá tomar el aire fresco. Incluso con alojamientos tan cómodos, los jesuitas pueden encontrar difícil el cambio y la transición.
La palabra «jubilarse» no forma parte del vocabulario de la mayoría de los jesuitas. Nos gusta dedicarnos a enseñar o a ayudar a los demás; pero no se nos da especialmente bien imaginar cómo podría ser la vida en un carril más lento. Aunque nuestras piernas no sean tan firmes como antes, o nuestra visión sea débil, o nuestra pérdida de audición aguda, todavía podríamos llegar a una parroquia cercana para celebrar misa o confesar.
En nuestro nuevo hogar, podremos entablar conversaciones espirituales con otros residentes. Algunos de nosotros podremos impartir cursos de nuestra especialidad académica, o aprender de nuestros nuevos vecinos. Más allá de estos ministerios, cada jesuita tiene una misión: rezar por la Iglesia y por nuestros compañeros jesuitas. Es una misión que nos tomamos en serio.
Curiosamente, muchos de los que nos trasladamos a St. Ignatius Hall volveremos a un lugar situado a poco más de ocho kilómetros del noviciado donde comenzamos nuestras vidas como jesuitas, un lugar al que a menudo nos referíamos como «querido y viejo Florissant» (¡en ocasiones dicho con un ligero toque de sarcasmo!).
Hace unos años, cuando estaba de misión en Portland, Oregón, paseaba por un barrio cercano al Jardín Japonés, y me fijé en un ingenioso anuncio de una empresa inmobiliaria. La tipografía creativa de una sola palabra en el anuncio me dio una idea del voto de obediencia de un jesuita. Esa palabra era W(here) [Adónde(aquí)]. Me di cuenta de que cada «adónde» me han enviado contiene un «aquí» que debo abrazar. Y cada vez que he prestado atención y he aprovechado al máximo mi estar aquí, he recibido regalos que no había previsto.
Muchas veces, tenemos que dejar atrás una tarea muy buena antes de poder descubrir el regalo que nos ofrece la siguiente. En su poema Cuatro cuartetos, T.S. Eliot dice simplemente: «hacer un final es hacer un principio».
Si prestamos mucha atención a cómo nos estamos moviendo mientras navegamos por este momento, una visión llena de gracia podría estar esperándonos.
Entonces, ¿qué estamos buscando al entrar en nuestro nuevo hogar? Cada uno de nosotros tendrá una respuesta única a esta pregunta. Pero cada respuesta se hará con un espíritu de gratitud hacia los bienhechores que hacen posible que sigamos viviendo nuestro compromiso religioso con fidelidad y dignidad.
Por favor, rezad para que podamos hacerlo con humildad, gracia y gratitud… mientras seguimos rezando por vosotros.