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Historias

Por Jerry Duggan

P. David Lugo, SJ
P. David Lugo, SJ

El Padre David Lugo, SJ, sabe que servirá como párroco asociado en la Parroquia del Gesù en Miami por sólo un año (llegó en agosto de 2021 y se irá en julio de 2022). Su breve asignación lo ha inspirado a sumergirse de lleno en el ministerio directo con la diversa población de la parroquia, con la esperanza de llegar a conocer a tantos feligreses como sea posible.

El Padre Lugo, cuya familia emigró a Texas desde la República Dominicana, domina el español. Esto lo hace perfecto para atender a una población parroquial que es «casi toda bilingüe, con muchos incluso trilingües». Un número significativo de haitianos pertenece a la parroquia.

El Padre Lugo inició un grupo de pastoral de jóvenes adultos el pasado otoño. Lo que empezó con cinco miembros se ha ampliado a 30 en sólo unos meses. El grupo está ahora discerniendo cómo será su estructura una vez que el padre Lugo se marche este verano.

«Sabíamos que había una necesidad de un ministerio para jóvenes adultos en esta parroquia, pero ver que ha despegado como lo ha hecho es realmente genial», explica el P. Lugo.

Pasa gran parte de su tiempo dedicado a la pastoral sacramental. Esto incluye presidir la misa, escuchar confesiones y guiar a las parejas en la preparación para el matrimonio.

«Esta es una parroquia central en la arquidiócesis cuando se trata del ministerio sacramental», indica. «A nuestra comunidad parroquial le encanta recibir los sacramentos, y me siento humilde de poder ser un conductor de la gracia de Dios para ellos a través de ese proceso».

Tras su ordenación sacerdotal en el verano de 2020 -retrasada varios meses debido a la pandemia-, el padre Lugo pasó un año en España estudiando en la Universidad Pontificia de Comillas. Volverá allí en otoño para completar su doctorado.

Esta asignación de un año, aunque breve, ha sido para él una confirmación de que el ministerio sacerdotal activo es una forma gratificante de responder al llamado de Dios.

«Poder conectar con el pueblo de Dios de diversas maneras me ha aportado una gran alegría», expresa.

Otra forma en la que el P. Lugo busca conectarse es a través de los podcast.

Hace varios años, el padre Lugo comenzó un podcast con el padre Jonathan Harmon llamado Homily Prep, en el que los dos jóvenes sacerdotes conversan informalmente sobre las lecturas de la semana siguiente y opinan sobre las diferentes direcciones que pueden tomar sus homilías.

Esta empresa ha tenido un gran éxito.

«Tenemos una audiencia considerable, tanto de religiosos como de laicos», dice. «Muchos han comentado que es útil para darles un vistazo a las lecturas de la semana siguiente, de modo que estén más familiarizados con estas cuando asistan (o, en los casos de los sacerdotes, cuando presidan) la misa del domingo».

Recientemente, el P. Lugo se ha embarcado en un segundo podcast llamado Hijos de Ignacio. Le acompaña en este empeño el P. Niall Leahy, sacerdote de la Provincia de Irlanda. Esta nueva aventura está implícitamente dirigida a los hombres que se sienten llamados a una posible vocación en la Compañía de Jesús.

«Como jóvenes sacerdotes, sentimos la necesidad de llegar a aquellos que están considerando una vocación jesuita de una manera contemporánea – una vocación que podría encontrarlos en este momento de sus vidas y dialogar con ellos de una manera directa y honesta», explica.

El podcast está empezando a atraer seguidores al basar su mensaje en temas relacionados con el apostolado cristiano y su misión.

«Intentamos hacer cuatro «sagas» de episodios sobre diversos temas relacionados con la vida en la Iglesia y cuestiones de fe contemporáneas», indica.

El P. Lugo considera que tanto su ministerio pastoral asociado como estas iniciativas de podcast son impactantes. Es a través de ese impacto que encuentra sentido.

«Como jesuita, me siento llamado a comprometerme directamente con aquellos a los que atiendo, a formar parte de una comunidad, a desarrollar relaciones con aquellos a los que sirvo y a impactar en esas vidas», señala. «He tenido la suerte de que, hasta ahora, ese deseo ha dado sus frutos».