Por Brooke Arceneaux
Tras más de diez años de formación jesuita, William Manaker, SJ, y Orlando Portalatin, SJ, fueron ordenados solemnemente sacerdotes el 14 de junio de 2025 en la Iglesia del Santo Nombre de Jesús en Nueva Orleans. El Muy Reverendo Padre Thomas P. Greene, SJ, provincial de la Jesuitas Provincia USA Central y Meridional declaró: “Elegimos a estos, nuestros hermanos, para la orden sacerdotal”.
Cientos de familiares y amigos estuvieron presentes mientras el Reverendo Daniel E. Flores, obispo de Brownsville, presidía la sagrada liturgia. En su homilía, el obispo Flores reflexionó sobre el Evangelio de Lucas, donde Jesús nombró y envió a 72 pastores fieles a prepararle un camino.
“La intención del Señor siempre fue y sigue siendo compartir la unción que recibió de la plenitud del Espíritu Santo”, dijo. En esta “hospitalidad del corazón”, el Obispo Flores dijo a los ordenandos: “Ofrezcan la paz que invita a una respuesta de esa paz. El anuncio que hacen es su presencia dondequiera que vayan; es la paz que ofrecen. Debemos ser un signo”.
Después, los ordenandos se comprometieron a predicar el Evangelio, enseñar la fe católica, celebrar los misterios de Cristo, orar sin cesar y consagrarse a Dios por la salvación de todos. El obispo Flores, mediante la imposición de manos y la oración de ordenación, confirió el don del Espíritu Santo para el oficio sacerdotal. Cada sacerdote jesuita presente en la misa también impuso las manos a los ordenandos, indicando su pertenencia compartida al sacerdocio ministerial.
La misa continuó con la investidura de los ornamentos litúrgicos y la unción de manos, seguida por la concelebración de la Eucaristía por parte del P. Manaker y el P. Portalatin.
Lea más sobre nuestros nuevos sacerdotes:
El Padre William C. Manaker, SJ, proviene de una familia militar. Nació en el Reino Unido, vivió en California, Utah y Carolina del Sur antes de que su familia se estableciera finalmente en Alexandria, Virginia, en 2005. Inicialmente atraído por la ciencia y la ingeniería, sintió una vocación sacerdotal como monaguillo en la escuela secundaria. Siguiendo el consejo de un sacerdote y mentor local, asistió a la Universidad de Santo Tomás en Saint Paul, Minnesota, donde obtuvo títulos en Filosofía y Estudios Católicos. Durante su estancia en Santo Tomás, fue miembro de una comunidad de vida intencional, la Fraternidad de San Miguel, lo que lo impulsó a considerar la vocación religiosa. Durante su segundo año de universidad, pasó un año viviendo y estudiando en Roma, donde conoció a la Compañía de Jesús. Al regresar a Minnesota para su tercer año, uno de sus profesores lo animó a considerar ingresar a la Compañía de Jesús, y entró al noviciado en Grand Coteau, Luisiana, poco después de graduarse en 2014.
Tras sus primeros votos, obtuvo una maestría en Inglés en la Universidad Loyola de Chicago. Posteriormente fue asignado a enseñar en el High School Jesuita De Smet en San Luis. En De Smet, enseñó inglés, trabajó en la pastoral universitaria y fue entrenador asistente de los equipos de campo a través y atletismo. Luego de tres años en De Smet, fue enviado a estudiar teología en la Escuela Clough de Teología y Ministerio del College Boston, donde obtuvo una maestría en Divinidad y comenzó una licenciatura en Sagrada Teología. Mientras estudiaba, sirvió como diácono en la parroquia de San Columbkille en Brighton, Massachusetts.
“Me encanta que el carisma de la Compañía de Jesús nos llame a todos como cuerpo, y a mí individualmente, a servir “a la mayor gloria de Dios” en aquellos lugares y misiones donde más se nos necesita al servicio de Dios y de la Iglesia”, expresó el padre Manaker. Me encanta que nuestra ‘Compañía Menor’ esté destinada a ser útil, no necesariamente en términos humanos, sino a los ojos de Dios. Es una misión exigente, porque requiere una docilidad radical al Espíritu Santo, pero también es un don inmenso.
El Padre Manaker regresará a Boston para completar su licenciatura; escribirá sobre el papel del corazón en las enseñanzas del Papa Francisco.
El Padre Orlando Portalatin, SJ, nació en San Juan, Puerto Rico, y fue criado por sus padres, Joaquín y Lydia, junto con sus hermanos Alberto y Edwin. A los 13 años de edad se unió al grupo juvenil de su parroquia, y fue allí donde sintió por primera vez el llamado al sacerdocio. Después de graduarse de la escuela secundaria, se mudó a Florida para dedicarse a los negocios. Antes de unirse a la Compañía de Jesús en 2015, trabajó durante 20 años en el campo de la gestión de recursos humanos y participó activamente en la pastoral juvenil en la Diócesis de Orlando. Conoció a los jesuitas a través de un programa de retiro ignaciano al que asistió en su parroquia, la Iglesia Católica de la Anunciación en Altamonte Springs, Florida.
Como novicio, trabajó como capellán en un hospital de Kansas, administró un albergue para migrantes en Texas y trabajó en la pastoral universitaria en Colorado. Profesó sus primeros votos en 2017 y completó sus estudios de filosofía en la Universidad Loyola de Chicago en 2020. Durante su magisterio, enseñó religión durante dos años en el Colegio San Ignacio de Loyola en San Juan. Posteriormente, se trasladó a España para estudiar Teología en la Universidad Pontificia Comillas. Como diácono, sirvió en las parroquias de San Dámaso y Nuestra Señora de la Merced en Madrid.
“Me encanta la libertad espiritual que experimentamos como religiosos”, indicó el padre Portalatin sobre su vocación como jesuita. Antes de ser jesuita, disfrutaba de la libertad de ser económicamente independiente. No fue hasta que ingresé en la Compañía que me di cuenta de mi apego a las cosas temporales. Como jesuita, cada día (a través de los sacramentos, los votos, mi comunidad) me recuerdan que debo soltar mis apegos y entregar todo lo que tengo a Cristo. Mi vida no gira en torno a mí, sino a él. Y ahí es donde encuentro la verdadera libertad. La libertad de darme cuenta de que no soy yo quien marca el camino; ¡Dios lo hace!
La primera asignación del Padre Portalatin será servir como vicario parroquial en la Iglesia del Gesù en Miami.
Imagen superior: El padre provincial Thomas P. Greene, SJ, el padre Orlando Portalatin, SJ, el obispo Daniel E. Flores, el padre William Manaker, SJ, y el padre John Nugent, SJ, asistente provincial para la formación. Foto de Bruce France.
