Por el P. Tom Clark, SJ
Roderick y Betty Wells se conocieron en clase de química en la Universidad de Southern de Baton Rouge, Luisiana, y desde entonces siguen juntos. Betty enseñó durante 35 años, mientras que Rod hizo carrera en la Marina estadounidense, se retiró como capitán y luego trabajó para la ciudad como subdirector de control de mosquitos. Pero, sobre todo, formaron una hermosa familia. Cuando llegó el momento de jubilarse, sabían que esta nueva etapa de sus vidas consistiría en servir a los demás.
«Hemos trabajado toda la vida; quedarnos sentados en casa no nos iba a funcionar», dice Rod. «Ayudar a los demás es lo que funciona para nosotros».
«Mientras crecimos, no teníamos mucho, pero mi padre siempre nos enseñó a no olvidarnos de ayudar a los demás», añadió Betty. «Las Escrituras nos dicen que sirvamos a los necesitados y a los pobres».
La pareja decidió que el mejor lugar para empezar era el lugar donde vivían y rendían culto, en la iglesia de la Inmaculada Concepción de Baton Rouge, de la que son feligreses desde 1980, ¡y ofrecen un servicio!, ya que son ministros de la eucaristía y miembros del Comité de Remozamiento que decora la iglesia para los tiempos litúrgicos. Forman parte también de la Sociedad de San Vicente de Paúl y dedican su tiempo a la despensa de alimentos de la parroquia. Cada mes, ayudan a coordinar equipos de voluntarios parroquiales que proporcionan comidas en varios albergues de San Vicente de Paúl. Todos los martes se les puede encontrar en la iglesia clasificando las entregas de comida y preparando las bolsas junto a un resuelto equipo de voluntarios. No sólo visitan los hogares para evaluar las necesidades de la gente, sino que también entregan alimentos y suministros cuando es necesario. Los miércoles, Betty entrevista a los vecinos que necesitan ayuda para pagar el alquiler y los servicios públicos.
Rod y Betty se apresuran a señalar que no están solos. Trabajan con muchos otros voluntarios de la parroquia que ayudan a decorar la iglesia, distribuyen alimentos y facilitan asistencia. Cuando están juntos, trabajando duro, siempre hay risas, un testimonio de la alegría de servir.
«Tenemos la bendición de ver personas de entre 70 años, así que queremos devolver y ayudar a los demás. La gente es muy generosa», dice Betty al referirse a las donaciones de muebles y ropa de otros feligreses. «Empezamos a organizar ‘ferias pop-up’ para repartir donativos. Conocimos a mucha gente maravillosa. La iglesia de la Inmaculada Concepción es nuestro hogar y sus miembros son nuestra
familia. Todos trabajamos juntos para marcar la diferencia. Somos los beneficiarios porque nos mantiene activos y con buena salud».
Más allá de la parroquia, Betty y Rod son miembros de Together Baton Rouge, un grupo religioso de organización comunitaria, y colaboran con AARP en Gonzales, Luisiana, donde el lema es «servir y ser servido». Como vicepresidenta, Betty coordina las visitas a residencias de ancianos con regalos para los moradores.
También viajan al capitolio del Estado y dan su apoyo a las necesidades de las personas mayores ante los funcionarios electos. Han aparecido en la televisión local para recabar sostén para Pat’s Coats for Kids, una campaña local anual de donaciones de abrigos de invierno para niños.
Como miembro de la Asociación de Antiguos Alumnos del Instituto de Scotlandville, Rod participa en la renovación de un antiguo parque de bomberos para convertirlo en un centro juvenil para los niños del barrio. Como veterano, forma parte de la Comisión del USS Kidd Naval War Memorial.
Rod bromea diciéndole a Betty que recuerde lo que significa NAVY, Never Again Volunteer Yourself [Nunca más te ofrezcas como voluntario]. Sonríe y dice: «Pero sé que siempre lo haremos».
El Padre Tom Clark, SJ, es párroco de la Iglesia de la Inmaculada Concepción en Baton Rouge, Luisiana.